Desengaño
Que no cese fulgor en mi estrella,
que incandescente, vela melancolía,
que no merecedora sea vulgar arpía,
versos dignos de una doncella.
Que si convierta en princesa mía,
amor de plebeya, sencilla y serena,
porque sin ser oro brillaría,
con decoro a mi lado en sonrisas y penas.
¡Vuele alta!, ilusión mía,
mientras adolezco en un mar de penuria,
contenga mi seso agónica furia,
si en turbada vista repudia,
el desengaño de unas lágrimas frías,
lloran mis cuencas en luz sombría.
Por Adrián Jesús Sánchez Fuentes. (16 años).
Mayo de 2004.
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