Cautivo
Cayendo desde el firmamento,
mientras se acerca mi tormento,
desaparece mi agotado aliento,
se ahogan mis gritos en el viento...
Expiro en el sufrimiento,
con un único pensamiento,
lúgubre pesar siento
mientras evitar la parca intento.
Sueño que caigo desde la cima,
que solo a mi podría ocurrirme,
baja es mi autoestima.
De entre cien, uno será escarnecido,
lloran mis ojos, lloran sinceros,
pues de entre la mancha seré elegido.
Por Adrián Jesús Sánchez Fuentes. (16 años).
Mayo del 2004
|